
1. ¿Cómo entiendes la solidaridad desde tu mundo profesional?
Para mi la solidaridad está integrada en mi mundo profesional, hay muchas decisiones del día a día que se pueden ver desde ese prisma, desde donde comes (en restaurantes que integran a personas en riesgo de exclusión social), o dónde y a quién compras para tu empresa (talleres que promueven buenas prácticas). Los grandes actos es lo que más se ve, pero los pequeños para mi son los que hacen más.
2. Una persona solidaria que te inspire.
Te voy a decir dos, una que es santa, Santa Teresa de Calcuta, y otra que se moja en su día a día como es Javier Muñoz Calero desde su restaurante Ovillo.
3. ¿Qué evento, reto o acto solidario te ha marcado o recuerdas especialmente en tu vida?
Me impresiona World Central Kitchen hasta niveles de colaborar con ellos. Su despliegue en zonas de necesidad para dar de comer a la gente, y su impresionante organización es increíble. Yo colaboré recogiendo fondos para su despliegue en la Guerra de Ucrania y es digno de admirar.
4. ¿Qué problema social ves solventable? ¿Qué solución le darías?
Creo que todos son solventables si hacemos que la gente mire a su alrededor y se preocupe. Hace poco saltó la historia del fotógrafo que se cayó en París y murió sin que nadie le ayudara. Pensaron que era un mendigo dormido y pasó 8 horas sin que nadie le hiciera caso. Yo misma paso al lado de gente que puede estar sufriendo y miro hacia otro lado. Creo que si todos nos preocupamos y salimos de nuestra zona de confort podemos solventar muchísimo.
5. Tu ONG favorita, ¿que es lo que más te gusta de ella?
He colaborado con tres, WCK, Caritas y el Banco de Alimentos de Madrid. Todas ellas son admirables, voluntarios que dejan su tiempo para dar de comer a quien lo necesita con cariño y respeto. Muchas veces no es la comida lo importante, ese es el vehículo para que algunas personas tengan contacto humano y se sientan personas de nuevo.