
1. ¿Cómo entiendes la solidaridad desde tu mundo profesional?
La solidaridad la he entendido siempre como una obligación moral para aquellos que hemos nacido, como dice la canción de Jarabe de Palo, en la cara buena del mundo. Cuando nació mi primer hijo hace 15 años, dejé de trabajar y durante todo este tiempo he estado colaborando con distintas ONGs de diferentes sectores como voluntaria.
Sin embargo, siempre tuve la idea y me apetecía crear un proyecto más propio. Hace algo más de un año, junto a un grupo de amigas, fundé Hoodies to Heaven. Una Asociación sin ánimo de lucro que nació con la idea de generar valores en adolescentes, sobre todo a través de redes sociales, y a la vez financiar proyectos de otras ONGs. Para ello creamos una marca de ropa que fabricamos en Portugal y cuya totalidad de los beneficios donamos.
2. Una persona solidaria que te inspire.
Muchas… La suerte de haber estado en contacto tantos años con el tercer sector, es la cantidad de personas entregadas a los demás que he conocido.
Aunque si tuviera que nombrar algunas, te diría dos.
En primer lugar mi madre a la que desde pequeña he visto involucrada y colaborando con distintas entidades solidarias. Y en segundo lugar, sin duda una persona a la que admiro muchísimo, se trata de Esperanza, una mujer de 80 años que vive en El Pozo Del Tío Raimundo a la que tuve la suerte de conocer cuando monté ahí un taller de jardinería para chicos en riesgo de exclusión social. Esperanza, es el alma de ese barrio, desde que llegó siendo una niña hasta hoy ha dedicado las 24 horas del día a ayudar a sus vecinos. Ella, con dificultades tanto personales como económicas, siempre ha tenido la puerta de su casa literalmente abierta para compartir el pollo o el arroz que tuviera con quien se asomara por ahí y lo necesitara. A día de hoy sigue gestionando de una forma increíble el reparto de bolsas de la compra del barrio. Para mí es el mayor ejemplo de total entrega y humildad.
3. ¿Qué evento, reto o acto solidario te ha marcado o recuerdas especialmente en tu vida
Como antigua alumna del Colegio Nuestra Señora del Recuerdo, y como a muchos, creo que lo que más me ha marcado en este sentido fueron esos años en el colegio de Trabajo Social, que eran obligatorios. Seguramente eso me hizo engancharme a este mundo. Más tarde, en primero de carrera me fui de misiones a México y también lo recuerdo de una forma muy especial.
Más recientemente, la Guerra de Ucrania, que me tocó muy de cerca porque justo unos meses antes de la invasión habíamos empezado a acoger en casa a Zoriana, una niña ucraniana de 9 años dentro de un programa de acogida temporal y que solo un mes antes de la guerra había vuelto a Ucrania. Vivir tan de cerca esa guerra, la tensión de las evacuaciones, recibirles en el CEAR de Pozuelo…fueron momentos increíbles. A pesar del horror, igual de brutal fue la increíble ola de solidaridad que se generó.
4. ¿Qué problema social ves solventable? ¿Qué solución le darías?
No sé de qué manera es solventable pero el mayor problema que veo es el tipo de referentes que tienen las generaciones más jóvenes. De alguna forma, no todos claro, creo que muchos confunden lo que significa realmente el éxito en la vida. Como madre veo lo manipulables que son y me da mucha pena a la vez que me preocupa la cantidad de estímulos, y la mayoría negativos, que reciben día a día. La idea de fundar Hoodies to Heaven nació fundamentalmente de esto y la verdad es que es el objetivo que más nos cuesta conseguir, ¡pero no desistimos!
5. Tu ONG favorita, ¿que es lo que más te gusta de ella?
Hay tal cantidad de ONGs tan fantásticas que no podría decirte. Tengo mucho cariño tanto a muchas con las que he colaborado, como a las que desde Hoodies to Heaven hemos ayudado a través de financiación. Pero más que con las entidades, me quedo con las personas que las forman y dedican parte su vida a mejorar la vida de los demás, como Maria Luisa Martínez-Fresneda que fundó el precioso proyecto de ArteDown, Ángel y Ángela Lozano de la empresa Redur que siempre están dispuestos a ayudar, la increíble familia Garayalde de la Gymkana Esther-López Arce, y por supuesto vosotras, Isabel y Almu de IHelp, no solo por el trabajazo que hacéis sino por cómo lo hacéis.