
Hace unas semanas tuvimos el honor de entrevistar en persona a Sole Alonso en la tienda física de ALGO DE JAIME (Calle Fernández de la Hoz, 50, Madrid). Allí vende productos con los dibujos de Jaime, dando visibilidad a su capacidad de dibujar. Aquí os dejamos una entrevista muy enriquecedora, profunda y realista sobre su visión sobre la vida en general, la responsabilidad que deben tener las empresas ante las necesidades sociales y la situación de las personas con discapacidad psíquica, especialmente de las personas con autismo como tiene su hijo Jaime. Escuchar a Sole ha sido escuchar a una voz llena de sentido. ¡Gracias!



¿Cómo entiendes la solidaridad desde tu mundo profesional?
No puedo entender mi carrera de otra manera. Más que solidaridad, yo lo veo como una responsabilidad moral de “tener compasión”, de tener tu corazón cerca del otro. Tener empatía y así poder aliviar el dolor o sufrimiento que tienen otras personas.
Cuando me lancé a abrir mi propia empresa, conocí el concepto de ‘Economía de Comunión’. Fue una idea lanzada por el movimiento de los Focolares, fundada por la italiana Chiara Lubich después de visitar las favelas de Sao Paulo, a las que definió como “coronas de espinas”. Decidió que había que crear o encontrar empresas que fueran de verdad un bien positivo para la sociedad; que no quisieran hacerse ricos, sino que sus beneficios también fueran destinados a un bien social.
Ella decía que “las plantas, los árboles y las flores que crecen alrededor de un lago, no hay una que absorba todo el agua del lago, sino que cada uno absorbe lo que necesita y deja que todos los demás vivan”. Pues así deberían de ser las empresas de todo el mundo, para que fuesen realmente un bien para la sociedad en la que están.
Me encontré con la ‘Economía de Comunión’ en un momento en el que estaba yendo con Jaime a hacer terapias al Hospital Niño Jesús, donde me relacionaba cada día con madres en situación de vulnerabilidad con hijos enfermos. Madres con graves problemas económicos, solas y desamparadas, que no tuvieron acceso a educación, migrantes que no sabían hablar español… Me vi a mí misma como una mimada que disponía de nivel socioeconómico, con ayudas, con una familia que me entendía y me apoyaba... Esta situación me afectó y me dije: “¿Qué debo hacer yo ahora?, ¿cómo puedo ayudar a estas madres?”
Me di cuenta que no podía ayudar a todas, pero sí que podía crear mi propia empresa y vivir bajo estos valores de la ‘Economía de Comunión’. Es entonces, en el año 2000, cuando abro mi propia empresa de diseño y plasmo estos valores en todas mis acciones como empresaria. Desde la contratación de mujeres jóvenes a las que formé en costura, como financiar proyectos de cooperación en países de África. Aquella época fue maravillosa para mí… Ver cómo mi empresa crecía y, al mismo tiempo, ayudaba a tanta gente. Las empresas que no hagan algo así, me parecen raras. A mí me hace tan feliz.
Y ahora con la tienda ALGO DE JAIME sigo desarrollando estos mismos valores,. Todo esto lo hacemos por Jaime y por todos los que son como él pero no pueden hacer lo que nosotros hacemos. Estábamos buscando esa cosa que Jaime hacía bien, algo que fuera para él gratificante, divertido, entretenido; que le hiciera estar más sereno, más tranquilo… Y vimos que era dibujar. Siempre está dibujando: dibuja casi 200 animales diferentes, edificios, ciudades, cosas de la casa, de comer, de lavar, de limpiar, de jugar, ropa o personas. Dibuja de todo y nosotros le hemos estimulado mucho esa gran capacidad que tiene, como Javier es arquitecto y yo diseñadora, en casa se dibuja sin parar.
Pensamos que la mejor idea era crear una empresa alrededor de esa capacidad de Jaime, que lo que él hace bien fuese la piedra angular de todo. Desde el principio hemos sido una empresa familiar: Jaime es el que dibuja; mi hijo Juan es el técnico informático que se encarga de la página web; mi hija Isabel gestiona la imagen y la comunicación, y mi marido Javier es el que siempre está con él dibujando, todos los días dibujan juntos. Y yo, pues me encargo del diseño y de las ventas.
Inauguramos la tienda online en 2019, justo antes de la crisis del Covid19, lo que nos ayudó a darnos a conocer (preparábamos los pedidos online y teníamos el almacén lleno), fue una época en la que crecimos mucho hasta abrir ahora esta nueva tienda física. No tenemos muchos beneficios, lo que ganamos lo utilizamos para mantenernos y, sobre todo, para dar visibilidad a Jaime con lo que se le da bien y a todos los demás, tengan las capacidades que tengan.
La Economía de Comunión (EdC), fundada por Chiara Lubich en mayo de 1991 en Sao Paulo, está formada por empresarios, trabajadores, directivos, consumidores, ahorradores, ciudadanos, investigadores y operadores económicos comprometidos a distintos niveles en la promoción de una praxis y una cultura económica caracterizadas por la comunión, la gratuidad y la reciprocidad, proponiendo y viviendo un estilo de vida alternativo al dominante en el sistema capitalista.
Una persona solidaria que te inspire.
Me inspira todo el mundo la verdad, creo que la mayoría de la gente es muy buena, lo que pasa es que a veces nos perdemos en este mundo tan loco. Si tuviera que elegir a alguien sería la Madre Teresa. Estuvo en el sitio más inmundo y siempre se sintió llena y rica, que es lo que me pasa a mí; que no soy rica de dinero pero me siento llena siempre de cosas muy bonitas. En este sentido, la Madre Teresa me ha impresionado siempre muchísimo, sobre todo cuando quisieron crear aquella gran ONG y ella se fue diciendo “Aquí no está Dios, y esto no es lo mío”. A mí también me pasa eso. Yo también tengo mucha fé y creo que Dios está en las pequeñas cosas, y no tanto en las grandes. En las cosas pequeñas se está seguro.
¿Qué evento, reto o acto solidario te ha marcado o recuerdas especialmente en tu vida?
La ‘Economía de Comunión’ de la que hablé antes, un movimiento que está en todo el mundo. Sobre todo en Italia y Brasil, y que en España se está asentando poco a poco. Hay tantas oportunidades de ayudar a los demás… Me impresionan mucho los empresarios que enseñan valor y tutelan a empresas que están empezando para que tengan éxito. Por ejemplo, una empresa está ayudando a unos señores en Costa de Marfil con unas tierras sin utilizar. Han analizado su clima y su tierra y se han dado cuenta que son muy parecidos al de Valencia, y les han ayudado a plantar naranjas y así crear su propio negocio. Les han traído a España para enseñarles a cultivar, les han dado los primeros naranjos para plantarlos. También lo ha hecho otra empresa con personas de Chile, en este caso plantando olivares y creando una empresa de venta de aceite. Estas pequeñas cosas son muy importantes. Hacen la diferencia.
Todas las empresas tendrían que “ser una ONG”, utilizando una parte de sus beneficios para ayudar a los demás, y no de una forma obligatoria, sino voluntaria. Para mí es como un amor recíproco, algo contagioso, ya que cuando tú das automáticamente quieres devolver, quieres dar lo mismo que te han dado a ti. Es importante que las empresas hagan esto; sería perfecto que las empresas y empresarios grandes se comprometiesen de verdad. Trabajar para tener un fin, más allá de ganar dinero.
¿Qué problema social ves solventable? ¿Qué solución le darías?
Estoy muy metida en el tema de la discapacidad psíquica. Creo que las personas del mundo con discapacidad psíquica son las más olvidadas, son las más débiles, las que muchas no veces no se quejan porque no saben, o no pueden hacerlo. En España somos pocos, y no tenemos fuerza, sin embargo cada año nacen más niños con autismo.
Creo que existe conciencia social, pero no un apoyo real. Sí, existen ayudas o acceso a la educación, pero no se está ayudando teniendo en cuenta las características de cada persona. Considero que la “inclusión” debería ser real y acorde a la discapacidad de una persona. Asimismo, me preocupa mucho qué ocurre con todas estas personas con discapacidad psíquica que a partir de los 21 años cuando se acaba la edad escolar. Te encuentras con hombres de 30 años, solos en casa, con madres que están enfermas, y que van perdiendo poco a poco las capacidades y herramientas que han aprendido. Salen del cole “a la nada”.
Creo que sería bueno que existiese una entidad que liderara a las personas con autismo, que crecen exponencialmente en España. Se necesita una masa crítica grande para que exista una entidad con poder que nos cobije, que nos represente.
Tu ONG favorita, ¿que es lo que más te gusta de ella?
En general me gustan las ONGs pequeñas. Por así decirlo y en sentidos muy específicos, considero que son más verdaderas. Conozco a dos hermanas que lideran la ONG África Directo, y veo que están 100% comprometidas con ayudar a los demás y a todas las personas a las que benefician en diferentes países africanos.
Asimismo, desde ALGO DE JAIME colaboramos cada vez más con muchas ONGs que nos inspiran. Por ejemplo, hemos hecho recientemente una colaboración con la Fundación Cadete (realizan terapias con niños con parálisis cerebral), haciendo el diseño con los dibujos de Jaime de unas camisetas, que produjo Cortefiel. En seis meses recaudamos mucho para terapias. ¡Fue muy bonito!
Colaboramos siempre con Fundación Aucavi, junto a otras empresas como Madre Amiga y otras muchas, hacemos acciones para que las empresas donen una parte de lo que recaudan con la compra de cosas con el diseño de ALGO DE JAIME. Como esta acción, hemos hecho muchas a lo largo de estos años. Aucavi es una entidad muy especial para nosotros, se preocupan tanto por la vida de los adultos con autismo… Tienen colegios, centros de día y es la única entidad de España que está dispuesta a crecer, a tener más plazas cada día. Quieren seguir creciendo en la Comunidad de Madrid. Son tan generosos, no he conocido nada como ellos en mi vida.
Todo este tipo de colaboraciones me apasionan. Últimamente me ronda la idea de organizar un taller con mujeres inmigrantes que no tienen trabajo, pero no me da tiempo para todo…