Pasión, resurrección, renacimiento, renovación.
Soy Isabel Villavecchia, y como sabéis soy una de las fundadoras de iHelp y me gusta contaros cosas relacionadas con mi pasión por el tercer sector. En Semana Santa, os traslado mi visión y emoción.
“The Christ in you doesn’t die — it resurrects.”
— Joseph Campbell, The Power of Myth
He tenido el privilegio de vivir la Semana Santa desde dos creencias muy cercanas pero diferentes.
La católica
La Semana Santa católica la he vivido en Sevilla, ¡dónde mejor!, ahí recibí el contundente y apabullante espectáculo estético y religioso en el que se zambulle Sevilla cada año, y cómo la gente lo vive con una pasión inmensa. Por ejemplo, justo después de las navidades, nos encontrábamos los pasos de Semana Santa ensayando debajo de los puentes del Guadalquivir; 24 fornidos costaleros cargando sobre sus cuellos el peso parecido el del paso y bailando “pasito a pasito” arrastrando los pies al ritmo de la maravillosa música tocada por la banda.
La combinación de la música, la belleza de los pasos acercándose por calles super estrechas, la luz parpadeantes de los cirios… yo no creo que haya visto algo tan mágico en mi vida.
El recogimiento, respeto y silencio de las personas que te rodean día tras día, la bulla organizada, la ilusión de ver a mis hijos vestidos de nazarenos… Me acuerdo ir con mis padres intentando localizar al nuestro sin perturbar la fila pero mirándolos fijamente a los ojos hasta que unos ojos se iluminaban con una sonrisa… ¡Lo habíamos encontrado! … ¿Estás bien?… “Sí mamá, no te preocupes pero vete que nos va a regañar el hermano mayor”
¿Por qué se vive así la Semana Santa?
En la religión católica, la Semana Santa que nos recuerda y nos invita a recordar los últimos días de Cristo en la tierra: pasión, muerte y resurrección. Él llega a Jerusalén proclamado como el salvador (Domingo de Ramos) y su reúne con sus discípulos (Jueves Santo), hasta que es juzgado y condenado a muerte (Viernes Santo), se produce el duelo (Sábado de Pascua) y resucita (el Domingo de Pascua).
En la cultura popular, este fervor religioso se ha convertido en seña de identidad en nuestro país. Impresionantes procesiones, costaleros alzando los pasos, imágenes religiosas, representaciones de la Pasión… Rituales litúrgicos, arte y cultura propias, encuentros familiares y una semana festiva que estamos esperando con ganas durante todo el año.
La Semana Santa se vive con pasión de norte a sur en España. Destaca la de Sevilla, lugar donde se vive con más devoción e intensidad, así como en general en toda Andalucía. Destaca la pasión también en Castilla y León (sobre todo famosa la Semana Santa de Zamora), o en ciudades y pueblos como Cáceres, Cuenca, Albacete, Olesa de Montserrat y Esparreguera, entre muchas otras.
Cabe destacar que es en España donde vivimos de esta manera la Semana Santa, pero no es el único país de mayoría católica en el que tienen lugar celebraciones. Otros como Brasil, Argentina, Alemana o Italia cuentan con tradiciones propias y conjuntas que se suman a tradiciones paganas, huevos de pascua o quemas.
La ortodoxa
También he podido vivir la Semana Santa ortodoxa, en mi experiencia mucho menos pretenciosa estéticamente, más austera pero con el común sentido de fe, fervor y pertenencia.
De las cosas más bonitas es la fiesta de la Resurrección (no he vivido la resurrección con tanta emoción en la Semana Santa católica). A las 12 de la noche del Sábado de Gloria, las luces de la iglesia se apagan y el sacerdote pasa físicamente la luz de la resurrección prendiendo las velas que los asistentes llevan consigo.
“Christos Anesti” (Cristo ha resucitado) te dice tu compañero mientras prende tu vela, “Alithos Anesti” (es verdad, ha resucitado) contestas tú… Hasta que todo el mundo enciende su vela. Esta vela se lleva a casa, no sin dificultad porque vuelves en coche, la vela se apaga, o incendias el pelo de alguien, pero hay una alegría que es contagiosa y muy emocionante. Con la vela se hace la señal de la cruz en el marco de las puestas de la casa en un acto de santificación y protección.
¿Por qué se vive así la Semana Santa?
La llamada “Pascua ortodoxa” se vive con un fervor distinto al católico, pero con la misma connotación de encuentro y recuerdo de Cristo. En este sentido, la ortodoxa se caracteriza por quizás un punto más divertido, con menos dolor y penitencia, y más visto como una celebración de la resurrección de Jesús y la promesa de la vida eterna. Es entendida como una celebración comunitaria.
El día más destacado es el Domingo de Resurrección, celebrando la víspera de Pascua con oficios religiosos celebrados durante la noche. Es común que este día algunas iglesias ortodoxas realizan lecturas de salmos y procesiones con velas en las calles.
Cabe recordar que la Pascua ortodoxa tiene dos ciclos: cuaresmal (incluye los tres domingos que preceden a la Cuaresma) y pascual (la Cuaresma y la Semana Santa). Es durante la cuaresma donde los ortodoxos realizan un estricto ayuno como preparación espiritual junto a un sentimiento elevado de retrospección y oración, en el que, en el momento de volver a comer, es tradición hacerlo en familia junto platos tradiciones. En la pascual, los otros grandes días de su Semana Santa son el Gran Jueves o Jueves Limpio, el Gran Viernes y el Gran Sábado.
Sobresale las celebraciones en Grecia, Rumanía, Rusia, Bulgaria y Ucrania, con tradiciones propias como puede ser pintar huevos de pascua, la bendición de ramas de sauce, la procesión de las cruces o las celebraciones tan diversas en zonas de Grecia.
¿Y en otras religiones?
Como vemos, la Semana Santa se relaciona en muchos países con los huevos de Pascua. Pero, ¿sabemos por qué? Se trata de una tradición que se remonta a Egipto, Grecia, la antigua Roma y Persia, donde los huevos se consideraban símbolos de fertilidad, esperanza y renovación de la vida. Esta tradición pagana fue incorporada por la iglesia cristiana, utilizando los huevos como la representación de la tumba vacía de Jesucristo y como un símbolo de resurrección de Jesús. Cabe destacar que es en el siglo XIII cuando en Europa del Este, cuando la gente comenzó a decorarlos con colores y diseños, dándoles la connotación de que “vuelve la alegría” a la familia.
No podemos olvidar, que el Ramadán de la religión musulmana puede coincidir algunos años con la Semana Santa cristiana. Para el Islam, se conmemora el martirio de Imam Hussein (nieto de Mahoma), quien fue asesinado en Iraq en el año 681 D.C., enlutando la historia del Islam. Es por ello que los musulmanes de todo el mundo lloran todos los años este hecho en el “mes de Muharram” (primer mes del calendario lunar). Cabe destacar que el calendario cristiano es determinado por el curso del sol, y el calendario islámico por la luna, por lo que las festividades musulmanas pueden ir desplazándose a lo largo del calendario occidental.
No podemos finalizar sin hablar del Pésaj, viernes en el que los judíos celebran la llamada “Pascua judía”, que conmemora el éxodo de los israelitas de Egipto y el fin de su esclavitud. La festividad judía del Pésaj y la Pascua cristiana suelen celebrarse en fechas bastantes similares durante la primavera. El año pasado, por ejemplo, fue un año inusual ya que coincidieron la Semana Santa, el Pésaj y el Ramadán.
Conclusiones:
Como dice Joseph Campbell:
“El sufrimiento, la muerte y la resurrección de Cristo tienen que ver con tu vida y la mía. La fuerza de esta creencia reside en que nos muestra cómo funciona la vida misma. Nuestra vida consiste fundamentalmente en ver el sufrimiento y la propia muerte de una manera nueva”
Este es el mensaje más bonito sobre el significado de la Semana Santa, el que me puedo aplicar a mí. Todos los símbolos de los que hablaba antes me ayudan a entenderlo.
Me ha encantado!!
Que maravilla de artículo