San Isidro: el campesino que enseñó a Madrid a mirar hacia abajo.
Madrid es una ciudad que mira hacia arriba: al cielo abierto, a las azoteas, a las cúpulas. Y sin embargo, su patrón es un hombre que miraba hacia el suelo.
San Isidro labrador,
buen campesino de Dios,
con la yunta y con la azada
hiciste al cielo tu voz.Madrugabas con la aurora,
rezabas con el arado,
y en cada surco dejabas
un milagro disimulado.No fuiste sabio ni rico,
ni escribiste con tu mano,
pero araste con el alma
el campo que Dios te dio.
Romance popular a San Isidro
(Anónimo, tradición castellana)
En una ciudad como Madrid, bulliciosa, veloz y vertical, da que pensar que su patrón sea un campesino. San Isidro Labrador no fue rey, ni mártir, ni estudioso. Fue un hombre de campo. Uno que cada mañana salía a labrar la tierra con su arado, que rezaba mientras trabajaba, y que compartía lo poco que tenía con los más pobres.
Pero ¿por qué “labrador”? ¿Y qué significa eso hoy?
¿Quién fue San Isidro?
San Isidro (aprox. 1082–1172) fue un campesino que vivió en Madrid cuando aún era una aldea dependiente del reino de Castilla. Trabajaba las tierras de un terrateniente local, Juan de Vargas, y se dedicaba a las labores del campo. Estaba casado con María Toribia, conocida después como Santa María de la Cabeza, con quien tuvo un hijo.
Vivió una vida sencilla, piadosa y generosa. Era conocido por ir a misa cada día antes de trabajar, rezar mientras araba, y compartir su escasa comida con los pobres. Fue considerado un hombre justo, humilde y trabajador. A lo largo de su vida y tras su muerte se le atribuyeron numerosos milagros.
¿Por qué es santo?
Fue canonizado en 1622 por el papa Gregorio XV, junto a otras figuras españolas como Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. Su culto popular ya era muy fuerte en Madrid y sus alrededores desde siglos antes, con numerosos milagros atribuidos a su intercesión, especialmente en momentos de sequía o necesidad.
¿Y por qué es el patrón de Madrid?
Su elección como patrón de Madrid tiene raíces históricas, devocionales y políticas:
Orígenes locales: Nació y murió en Madrid. Su tumba está en la Catedral de San Isidro (antigua colegiata) y fue muy venerado por los madrileños desde el siglo XIII.
Milagros asociados a la ciudad:
En varias ocasiones, se le atribuyeron milagros durante asedios o epidemias que amenazaban la ciudad.
En 1648, durante una epidemia, su cuerpo fue llevado en procesión por Madrid y la peste cesó repentinamente. Ese hecho afianzó aún más su papel como protector.
Un símbolo del pueblo: Frente a patrones nobles o eclesiásticos, Isidro era un hombre del pueblo. Representaba los valores de la vida cotidiana, el trabajo humilde y la fe sencilla, algo muy valorado por los madrileños.
Reconocimiento real: Reyes como Felipe II y Felipe III promovieron su culto. De hecho, fue Felipe III quien ordenó la apertura de su sepulcro en 1619 y quedó tan impresionado por la incorruptibilidad del cuerpo que atribuyó su propia curación a San Isidro.
¿Qué representa hoy?
San Isidro sigue siendo un símbolo de:
Trabajo digno y humildad
Fe activa y solidaria
Protección frente a la adversidad
Raíces rurales en una ciudad moderna
Su santidad no vino por grandes gestos, sino por hacer bien lo pequeño. Por trabajar con honestidad, rezar con constancia y ayudar a quien lo necesitaba.
Quizá por eso su figura ha perdurado durante siglos. Porque nos recuerda que la vida más corriente puede ser también la más luminosa, si se vive con generosidad. Que no hay que tener mucho para dar mucho. Que el trabajo honesto y silencioso también es un acto de amor.
En iHelp lo vemos todos los días: personas que, como San Isidro, hacen el bien sin que se note. Muchas de las personas que crean retos solidarios en nuestra plataforma no buscan otra cosa: ser parte de una cadena de bien que empieza en lo pequeño.
¿Y si celebramos este San Isidro recordando que lo sencillo también transforma?